Ya desde niño he sido y soy un enamorado de la vida y actitudes del Padre Champagnat, por lo tanto, intento que sus actitudes sean las mías: La devoción a la Buena Madre, la oración permanente, el servicio generoso en la vida comunitaria con Hermanos, niños, jóvenes, maestros; y la atención a los menos favorecidos (trabajo con niños ciegos y sordos).